Sportivo Barracas se saco el Sacco

Hace algunos días el equipo dirigido por Abel Moralejo Descendió a la Primera D sin mucha sorpresa. Las campañas no venían siendo buenas y en una categoría que cada año es más complicadacomo, como la Primera C, eso se paga caro.
Sin embargo, la crónica deportiva del Sportivo no es una más en los corrientes descensos que se viven todos los años.
En el segundo post de este joven, pero honrado (?), blog se habló de la situación que esta atravesando Ferrocarril Urquiza y, en especial, sus hinchas. Sospechamos que cada vez que un hincha del furgón se entera de lo que atravesó Sportivo Barracas, se debe agarrar el izquierdo.

Lo que sucede es que a mediados del 2003 el club estaba bastante jugado económicamente y la dirigencia empezó a buscar alguna varita mágica. Fue así que se acercó al club un Grupo Económico Inversor, encabezado por el conocido periodista Enrique Sacco. La idea original era que esta sociedad bancara el futbol de AFA del arrabalero, para lo cual lo llevaría a jugar de local en el Estadio Municipal de Bolívar, ciudad natal del periodista que se encuentra a unos 300 kilómetros de la Capital. Así, se pensaba lograr que la gente oriunda del lugar se hiciera hincha (y luego socios) del histórico Barracas para poder sobrellevar las pésimas cuentas del club. Todo parecía cerrar.

Sin embargo, la aventura de los muchachos de Sacco tuvo varias cosas que no pueden dejar de mencionarse. Entre estas podemos señalar que a los hinchas le rompía soberanamente los huevos viajar todos los sábados a la tierra del conductor más carismático de Argentina (?), como el hecho de que se cambiara el escudo y nombre del club, como el color de la camiseta (históricamente a bastones azules y blancos) por un insólito colorado (no tiene naaaaada que ver que quique sea hincha confeso del rojo de Avellaneda). Entre otras de las travesuras de esta gente estuvo la de anotar en el torneo Argentino C una institución con el nombre de Barracas Bolívar (donde Bochini jugó un partido) que jugaba de local en Bolívar, creando una concusión tremenda, ya que obviamente no puede haber un mismo club jugando en dos torneos distintos.

Para resumir: Gerenciar al Sportivo no resulto ser el tan genial negocio que Sacco creía. Al principio hubo ascenso rápido a la C y notas por todos los medios (es buenisima esta nota en la Noticias,donde queda en evidencia lo alejado de la realidad la manera en que toman al futbol de ascenso los ajenos a esta materia), pero luego todo se fue diluyendo, y los inversores corriéndose cada vez más del medio.
Hoy, parece que el Sportivo Barracas vuelve a ser el Sportivo Barracas, dejando atrás la localía en Bolívar.

Pese a todo, vale la pena recordar el ejemplo de Barracas. En la mayoría de los casos ambas partes (dirigentes y empresarios) se venden espejitos de colores. Los dirigentes piensan que con la entrada de inmediata de capital, todo estará solucionado; los empresarios piensan que poniendo plata, nutricionistas, sponsors amigos de primer nivel y más plata, en pocos meses ese club choto de la C o D que agarraron va a cotizar en la bolsa. No muchachos, más vale un proyecto sin metas faraónicas, a largo plazo pero realista y que, sobre todas las cosas, no se tome de forro al hincha.
Porque serán pocos y, seguramente, convendrá para el negocio, pero ustedes no saben lo feo que es que te cambien el nombre, los colores y el escudo.