El domingo se sabía que llegaba una buena cantidad de hinchas, unos en las combis fletadas al efecto y otros en autos. Todos nos encontramos a comer en una parrillita y antes de las 14 horas partimos hacia la cancha.
La sorpresa de los controles cuando nos vieron llegar fue mayúscula, y luego de unas consultas nos derivaron hacia la tribuna que estaba detrás del arco ubicada hacia la izquierda de las cabinas, pero haciéndonos ingresar por el lado opuesto y debiendo pasar por debajo de los hinchas de Tacuarembó y de Nacional que estaban en la tribuna. Con los bombos las banderas y alentando a Merlo hicimos nuestro ingreso a la cancha ante la mirada atónita de todos, y para gozo de los que estábamos ahí.
La tarde estaba muy fría y con un viento helado nos acomodamos en la tribuna colgando las banderas y los trapos. Cuando aún no había terminado el partido que se estaba disputando por el tercer puesto entre Danubio y Tacuarembó, comenzamos con el aliento y, aunque no cesó en toda la tarde, explotó cuando el primer equipo del Deportivo Merlo pisó el campo de juego, con papelitos bengalas de humo y pirotecnia recibimos al equipo como si fuera local. Sorprendió a esta altura el escaso aliento de los hinchas del Bolso, por no decir nulo. Recordemos que Merlo debía enfrentar a Nacional quien el día viernes, en el partido que se disputó luego de terminar el de Merlo, se había impuesto por 3 a 1 a Danubio.
En un momento unos 6 gurises hinchas de Peñarol, vinieron a alentar a Merlo con nosotros y con los redoblantes nos dieron su apoyo.

Aliento y color charro desde los tablones (click para agrandar)
Final, fiesta y gloria
El partido era muy difícil de jugar, no por lo que estaba en juego, sino por el estado del campo: muy blando y con un día y medio de lluvias encima, más el partido por tercer puesto jugado antes de la final, conspiraron para no ver buen fútbol, no obstante se vió un partido parejo en donde no se pudieron sacar ventajas. Pero en el segundo tiempo apareció un Merlo superior a su rival que sin embargo no lo pudo plasmar en la red, por eso se llegó a la definición por penales. Que decir, no se vivía con nerviosismo, es que nuestros jugadores y cuerpo técnico nos tienen mal acostumbrados en darnos alegrías en los últimos tiempos, pero los que estamos en los tablones tenemos lo nuestro también, no se paró de alentar en todo el segundo tiempo, desplegando el Telón nuevamente a mitad de la segunda parte y no se lo levantó hasta luego de concluida la serie de penales y deliró cuando Pontiroli desvió el segundo penal de Cabrera y aumentó el aliento para el equipo, otra inmensa explosión cuando convierte el siguiente penal de Sequeiro, que se duplicó cuando el arquero de Nacional, Burián, la tiró afuera lejos del palo izquierdo de Pontiroli y ya fue locura y carnaval cuando el pibe Quinteros aseguró el tercer penal y solo hubo que esperar un poco más a que Goñi convierta el cuarto y Diego Ceballos asegurara la obtención del primer torneo internacional del charro en su primera experiencia en el exterior. Fue delirio, fue alegría y fue emoción por este logro tan importante para un Club que se forjó a fuerza de sacrificio. Una locura interminable para los que estábamos del lado de los tablones, separados solo por el alambrado con los héroes que estaban dentro de la cancha. Y todos prácticamente con la voz quebrada de la emoción gritando el clásico Dale Campeón!!
Un párrafo aparte para los uruguayos que sostienen que hay pruebas irrefutables de que Carlos Gardel es uruguayo porque nació en Tacuarembó, nosotros sostenemos que el Zorzal es argentino y a partir del domingo además es CHARRO:

El trofeo que descansará en las vitrinas del charro (click para agrandar)

Los héroes del Depor festejan de cara a sus hinchas (click para agrandar)
Por Néstor Charro